De convocatorias
mediadores y modernismos
LA LUZ desglosa puertos propicios
Su consciencia escoge fondos enfebrecidos,
Como valoraciones del mundo anterior a la nada
que se bate en lo invisible
Los resultados que arroja la sombra
Las variaciones microscópicamente visibles
(vibratos del contorno inspirador)
Aquí toda línea recta es apenas el comienzo
En las convocatorias al tiempo que aparecen los primeros argumentos, es inevitable que estos se sofoquen de antinomias 1 y formidables vacíos. La relación que establecen quienes por sus propios principios jamás compartirían, desde ninguna condición o megalopropuesta nada que no fuera el mismo vaivén de los disgustos y los malos entendidos. El pensamiento de mediación que ablanda carácter con la no menos ingenua intención de reciclar las diferencias y consabidas reservas con el estado. El maniqueísmo puramente sintáctico y programático que sin la esencia viva del parecer autónomo del artista y su idílico salvajismo, hace que con el tiempo y estas propuestas se pierda, tal vez, el grato dilema de la autonomía, aquel divino y entrañable privilegio de opinar acerca de cualquier cosa y en el tiempo que sea, creando o reinventando escenarios para hacerlo.
Ciertamente, ha también experimentando el tenebroso trance de la obediencia y el escarnio publico, desapareciendo aquel carácter indomable del artista como lo concebíamos antes.
Todo discurso estético deja ver sus gustos, tanto como sus disgustos; las preferencias sociopolíticas y de índole puramente científico, evidenciando las intensiones del mediador, hasta que no fuese raro encontrar que otros (muchos) se interesen y sigan el camino señalado de migajas que proponen los nuevos cultores de la modernidad “sobresalientes” y con una capacidad muy especial para conducir a otros individuos que a su vez sueñan algún día conducir a otros (muchos) y ser igual de sobresalientes que algunos pocos.
Así que no deja de parecer una paradojal congruencia esta relación entre el estado y los artistas. El espíritu del arte se desarticula en forma sistemática no solo entre sus creadores si no también en quienes han hecho posible este incomodo contubernio. Estos entes mediadores hacen que las partes, siempre antagónicas, no solo en su formación si no también en sus principios y practicas, curiosamente congenien, pues van elaborando tanto de un lado como del otro, lugares comunes y las idílicas escisiones que formalizan tal devastación y que son las que han hecho un incomprensible trámite para su beneficio y no sabemos que tanto para el de los artistas.
Esta extraña dependencia, que naturalmente socava la personalidad, ciertamente poco verosímil y que se suma a la celeridad en que se suceden los alumbramientos de la "modernidad" haciendo muy complicado, que tal fugacidad se adhiera a una idea clara y un sentido coherente, febrilmente contemporáneo y que en unos términos ciertamente satisfactorios, dilucide sin tanto acomodamiento y perdidas, el lugar cosmogónicamente propicio que el arte siempre ha cultivado por si mismo sin las consabidas alteraciones de tiempo, lugar y “circunstancias” que siempre los críticos encuentran de su agrado y dominio.
1-Luis Brea define como carácter antinómico a lo concerniente a su propia condición institucionalizada-: aparece un efecto de auto negación. frente al orden de complejidad en el pensamiento -resuelto en una propuesta simultáneamente poética y política, estética y programática- que tal efecto impone, las salidas simplonas habrían preferido siempre o el pragmatismo cómplice -o el puro y mero rechazo.
la gran maquina del ninguneo recreacional con incentivos económicos como el carburante que garantiza por su calidad y buen desempeño, larga vida al extraño y novedoso adelanto; naturalmente esto no es extraño si bien es cierto que los adelantos tecnológicos y esta fiebre tan elevada por el cuántum y sus vertiginosas y descabelladas propiedades, han hecho que todos estemos empeñados en que cualquier definición sea tan inestable como el mismo estado… "del tiempo” pues mientras lo hace , es decir , mientras se define , en ese mismo momento se niega y cambia de piel en segundos, de acuerdo a un juego de intereses e hipocondrías institucionales y mediáticas que hacen que las corrientes en su vertiginosidad, nos recuerden que el carnicero tiempo como lo llamo en algún momento Octavio Paz, cada vez da menos tregua a quienes no hemos podido todavía con el confuso devenir de las renacientes vanguardias, entiéndase, investigaciones, convocatorias y todos los proyectos curatoriales que se han propuesto con muy patrióticas intensiones, insertar y regular con peores resultados en estos últimos 10 años confiados en la intención de darle plataformas; y mas aún, formas que puedan equipar estos discursos camino al futuro incierto que a todos les preocupa.
De todas maneras cada diagnostico de algún modo hace de rompe olas ante las mareas del espíritu que naufraga en su baso de agua, sofocándose en el mundo de las identidades prestadas y los difusos y mal sintonizados discursos que lo atrapan. Esta persecución de “formas”, también ideales incorporan desde lo motivacional y conductivo, intelectos dormidos en los discursos de la “antigua posmodernidad” que van asimilando los mas disparatados perspectivismos del grupo de curators de cuyas inquietudes y amaneramientos se nutre el concepto que definirá lo moderno proponiéndolo desde una puerilidad y arrogancia que muelen el carácter de los que vienen en forma de albóndigas de pensamientos previamente amasados, y los presentan al mundo cuando por medio de su práctica y proyección adquiere un cierto e inquietante ontologismo. m. Fil. Teoría de Gioberti, filósofo italiano del siglo XIX, que pretende explicar el origen de las ideas mediante la adecuada intuición del Ser absoluto.
Metamorfoseado a fuerza de aperturas irrisorias y articuladas en discursos que niegan de plano importantes puntos de partida para el análisis del “problema”, cerrándole el camino al libre parecer e incorporando en su lugar planteamientos caleidoscópicos venidos de un “democratisismo” infestado de conveniencias y dejos de institucionalidad que generan eso que Estos nefastos brotes de escrupulosa y casi paternal inclusión hacen creer que se están teniendo en cuenta otras formas de ver y percibir el nuevo y siempre renaciente mundo, aunque muy en el fondo estén destripando el carácter del insipiente quien facilita desde su juicioso acatamiento rutinas del intelectual exhibicionismo que dan como resultado un pastel de muchos pisos y pocos comensales para la fiesta de tan egregia longanimidad.
En estos últimos años, tanto las investigaciones que del arte contemporáneo se han hecho en Colombia como los ambiciosos proyectos curatoriales, proyecto pentágono y los consecuentes salones nacionales, han marcado el camino con migajas, basados en la intención de marcar desde los incómodos aglutinantes del estado, un panorama mas o menos claro del problema con la intención de no perder el camino de regreso, obviamente estamos perdidos en el proyecto ineludible del eterno retorno; este panorama cada vez menos familiar y que va generando un aislamiento en medio del océano de aconteceres que la globalización trae sin puertos seguros, se podría decir que es lo único que tenemos por ahora .
Las convocatorias que programa en la actualidad el ministerio de cultura (mini –misterio de cultura), no son la excepción y podría asegurar desde este particular punto de vista, que son el resultado de un muy interesante y por que no medio bizantino despropósito por discursear y con el cual fuerzan procesos de indecisa inspiración, dado que las somnolientas y jóvenes mentes ya no producen los ríos furiosos de testosterona colorida y beligerante de una barracuda como Alejandro Obregón y las delicadas y tal vez por ello amaneradas inflamaciones de un Botero desbordado como el exquisito arriero que es.
En los conventillos donde supuestamente se dan a la tarea de pensar con inusitada provocación sobre los nuevos avatares del espíritu del arte en la actualidad y sus pintorescas desviaciones de modernidad, “pastan” con holgura y gran placidez, y sin extenuantes cavilaciones todas las mentes de la joven vanguardia, convencidos no sabemos por cual de las tantas ingenuidades académicas, que el arte ya solo puede vivir de ideas y como si la obra fuera la idea en si misma se suman a los tantos pasatiempos que desde las bellas manualidades engendran un preciosismo con el consabido discurso materializador que por lo menos justifique el juego de pensar solo y únicamente por recompensas. De esa manera se ha de producir en un orden paradojal ...el nuevo arte.
Esta depredación sobre el espíritu rebelde y creativo, se ejerce bajo una evidente influencia conductivista que opera sobre el ingenio que asciende. La convocatoria da materia para analizar y se dirige a las distintas regiones del país y a toda clase de personas, sobre el entendido de que cualquier individuo tiene acceso a dicha propuesta solo si consiente en meditar o conceptuar en base a una idea desglosada por quienes median con el establecimiento y partiendo de una suerte de temas propuestos y como ellos lo llaman plata-formas que sabrá Dios por cual de las tantas instancias del plan maestro será asimilada para que traiga una pobre conciencia, ya sea venida de lejos o de mas lejos aún en los artistas, y hasta del común con su casual y desprevenido traje de incógnitas y realmente lejos de su autonomía y de su propio sentido.
Estos pensamientos sin un criterio de experticia inscrito en los ajustes del discurso postmoderno, dejan ver el estado de interesantísima desviación en el que se encuentra ese reiterado “pedagogismo” con el que se pretende conducir en el paraíso herrumbroso de lo propositivo al espíritu salvaje del creador actual entregado ya sin carácter, al establecimiento alejando a los nuevos proponentes de su verdadera vanguardia y personalidad, no es extraño ver a los nuevos “conceptuantes” ahí esperando sentados en sus ambiciones cada año, estas convocatorias que desde la imaginaria línea de partida, da comienzo con un banderazo a las nuevas carreras de la modernidad manipulada por los curadores de quienes decía un amigo, que mas bien parecían curanderos, algo que encontré ofensivo con los sabios chamanes de quienes sí aprenderíamos a curar los males del lo nuevo siglo.
Cierto es que estos intentos de agrupar, unificar, estandarizar, clasificar, ponerle rotulo, que ponen a “reflexionar” sobre el mundo y su extraña relación con la región y el arte, son sinceramente cada día mas descabelladas y pretenciosas, que desde su estrafalario intelecto como en una forma de exquisita pesquisa, a todo y a todos los convoca como tratando de pescar en aguas muy “tranquilas” y desde unos planteamientos audazmente incomprensibles bajo cuya influencia van cayendo uno a uno los jóvenes artistas que como polillas se avienen a la luz que irremediablemente los tumbará y entre sus propios tumbos solo habrá un piso seguro, sin riesgo de merecer el cielo prometido por las irrisorias bolsas de trabajo.
Es por ello que en el universo de la imagen técnica el activismo artístico vuelve a verse sometido a la aterradora lógica de la antinomia: no le queda otro remedio que intervenir desde el dominio separado de la institución -para desde él ejercer la crítica de la representación en que se apoya la presunción de legitimidad de su existir escindido. Es en esa pérdida progresiva de sentido donde puede -precisamente ahora, en el marco de las actuales sociedades de la información- abordarse renovadamente un proyecto de liquidación revolucionaria del existir separado de la esfera de lo artístico, sostenido ya exclusivamente en la propia inercia de su condición institucionalizada -y ni siquiera ya en el sistema de necesidades simbólicas de los hombres actuales. En esa disolución del existir separado -que supondría el reconocimiento de su inmersión indiferenciada en el sistema general de la imagen, y de su plena equivalencia a múltiples otras prácticas de comunicación intersubjetiva y producción de socialidad (cine, urbanismo, ...)- radicaría entonces la singularísima forma de su contemporánea politización -una politización del propio estatuto ontológico de la representación, de la imagen, que, en passant, supondría la negación de su existencia separada como esfera autónoma de los mundos de vida… y decía así
La Dirección de Artes Visuales del Ministerio de Cultura, las Secretarías de Cultura e Institutos de Cultura locales y departamentales, al igual que las instituciones museísticas, culturales y académicas de los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío invitan a participar a todos los artistas creadores y personas interesadas en las prácticas artísticas contemporáneas, tanto individual como colectivamente, a la presentación de proyectos que indaguen, reflexionen o expandan ideas sobre las relaciones arte y economía. Esto daría la impresión de que cualquiera pude acceder a pensar en colectivo y bajo todo tipo de regulación o argumento como por ejemplo; es un proyecto de]arte, intercambios y transacciones[Inversiones: investigación curatorial interdisciplinario liderado por los curadores independientes Femke Lutgerink, Adriana Ríos, Análida Cruz y Carlos Uribe el cual plantea diversas plataformas de revisión y reflexión sobre la economía por parte de los agentes del campo artístico (artistas, curadores, investigadores, gestores, administradores, periodistas, docentes, espectadores, ciudadanía, etc.,), así como de especialistas de diversas disciplinas como economistas, sociólogos, comunicadores sociales, entre otros, provenientes de la zona Centro Occidente de Colombia, departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío. El cual plantea diversas plataformas de revisión y reflexión sobre la economía por parte de los agentes del campo artístico (artistas, curadores, investigadores, gestores, administradores, periodistas, docentes, espectadores, ciudadanía, etc.,), así como de especialistas de diversas disciplinas como economistas, sociólogos, comunicadores sociales, entre otros, provenientes de la zona Centro Occidente de Colombia, departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío. Básicamente esta es la convocatoria con que estas personas buscan indagar
Estos curadores que aún saben poco de curanderos, se dieron a la tortuosa tarea de convocar bajo un cardumen de pautas que engendran y des-engendran posiciones y oposiciones a una suerte de sujetos sujetados a reglas de juego pre estableciditas. Esto es una muestra de la extraña disponibilidad del estado frente a estas re- pensadísimas pautas destinadas a generar cierta forma de competitividad desorientadora y castrante que nos alejaran cada vez mas y mas del verdadero carácter que debe representar la posmodernidad, desligada de los recursos, cursos y concursos que el discurso del estado contrata pretendiendo integrar en un intento por darle sentido a lo que por su propia y original naturaleza no lo tiene y que ya desde el principio y desde los somníferos económicos, dígase bolsas de trabajo, o aprobatorias recompensas, acallan por un tiempo nada mas los hambrientos artistas que precisan de semejantes incentivos para reflexionar como en una forma de de conductismo de paupérrimo reconocimiento. Bueno pues me temo que solo esto faltaba…miremos de frente el asunto y la practica de tan mascadísima propuesta, inquieta desde la intención que pretende dar inquietud y pensamiento sobre el pobre discurso a que tanto el estado como la modernidad acceden. Paliativos que dejan ver la relativa tolerancia del estado frente a sus prefabricados detractores. Hay que ver bien a estos cultores del pensamiento libretiado….cuando al “artista “creador o creedor se le coarta el único modo de expresión autentico y liberador, lo que tendremos en su lugar y con los años será una forma de zombismo retardatario y ciertamente inquietante si nos damos a la tarea de analizar la forma en que se fue dando esta extraña y no menos novedosa forma del arte. Y dice así;
esteticismo. m. Actitud de quienes, al crear o valorar obras literarias y artísticas, conceden importancia primordial a la belleza, anteponiéndola a los aspectos intelectuales, religiosos, morales, sociales, etc.